Luces antiniebla: hasta 200€ de multa por usarlas incorrectamente
Las luces antiniebla son necesarias y útiles, pero si no las utilizas correctamente puedes terminar con una multa de hasta 200€.
El invierno acaba de instalarse entre nosotros, y con él llega el frío más intenso, los días con pocas horas de luz, la lluvia, las nieblas...es más que aconsejable extremar las precauciones. La iluminación antiniebla de nuestro vehículo se utiliza en ocasiones muy contadas, pero hacerlo de forma correcta es imperante para maximizar la seguridad tanto de nosotros como del resto de usuarios de la vía.
La luz antiniebla se caracteriza por su potencia. Nuestro coche puede equipar, dependiendo del modelo, iluminación antiniebla delantera y trasera o únicamente trasera, siendo ésta última la única que se monta de forma obligatoria en Europa. Su función es aumentar la visibilidad en el caso de las luces delanteras, y, sobre todo, ser vistos por el resto de usuarios.
Según el Reglamento General de Circulación, las luces antiniebla delanteras se utilizan cuando existan condiciones meteorológicas o ambientales que disminuyan sensiblemente la visibilidad, como en caso de niebla, lluvia intensa, nevada, nubes de humo o de polvo. Si hablamos de las luces antiniebla traseras, solo deberá llevarse encendida cuando las condiciones meteorológicas o ambientales sean especialmente desfavorables, como en caso de niebla espesa, lluvia muy intensa, fuerte nevada o nubes densas de polvo o humo.
Si utilizamos de forma indiscriminada la luz antiniebla podremos molestar a otros usuarios de la carretera al tener un poder de iluminación muy alto, siendo además motivo de multa: si un agente de tráfico pilla utilizando la luz antiniebla cuando no corresponde, podremos recibir una sanción económica que puede alcanzar hasta los 200 euros, asi que recuerda utilizar las luces antiniebla...pero sólo cuando sea verdaderamente necesario.
La luz antiniebla se caracteriza por su potencia. Nuestro coche puede equipar, dependiendo del modelo, iluminación antiniebla delantera y trasera o únicamente trasera, siendo ésta última la única que se monta de forma obligatoria en Europa. Su función es aumentar la visibilidad en el caso de las luces delanteras, y, sobre todo, ser vistos por el resto de usuarios.
Según el Reglamento General de Circulación, las luces antiniebla delanteras se utilizan cuando existan condiciones meteorológicas o ambientales que disminuyan sensiblemente la visibilidad, como en caso de niebla, lluvia intensa, nevada, nubes de humo o de polvo. Si hablamos de las luces antiniebla traseras, solo deberá llevarse encendida cuando las condiciones meteorológicas o ambientales sean especialmente desfavorables, como en caso de niebla espesa, lluvia muy intensa, fuerte nevada o nubes densas de polvo o humo.
Si utilizamos de forma indiscriminada la luz antiniebla podremos molestar a otros usuarios de la carretera al tener un poder de iluminación muy alto, siendo además motivo de multa: si un agente de tráfico pilla utilizando la luz antiniebla cuando no corresponde, podremos recibir una sanción económica que puede alcanzar hasta los 200 euros, asi que recuerda utilizar las luces antiniebla...pero sólo cuando sea verdaderamente necesario.
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